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Los olores en el auto: cómo son y cómo nos afectan

  • Full Cars Peru
  • 13 mar 2017
  • 5 Min. de lectura

Los olores son, cada vez, una estrategia de venta más importante. Los sentidos son fundamentales para atraer al ser humano hacia un producto y ahora, además de la vista o el tacto –tan importantes a la hora de evaluar un coche-, las fragancias ganan peso. Si no, que se lo digan a cualquiera que pase por delante de una panadería mientras están en plena faena.

Cada marca tiene un olor particular en función de los compuestos volátiles utilizados y las medidas usadas para preservarlo, algo que otorga una personalidad a cada fabricante. De hecho, es fácil vincular un aroma a una firma para alguien que acostumbre a conducir diferentes modelos.

BMW quiso ir un paso más allá del ‘olor a nuevo’ y conseguir una experiencia superior mediante el uso de ocho fragancias diferentes a escoger. En Seat, por ejemplo, también se toman este campo con mucha seriedad, haciendo más de 400 pruebas al año.

En la marca española, analizan todos los materiales de manera individual y evalúan si el olor que desprenden es correcto y agradable. Las pruebas son duras e intensas: una de ellas consiste en calentar el auto por encima de los 60 grados y comprobar cómo huelen los diferentes componentes del coche. A mayor temperatura, el olfato se vuelve más fino.

El olor a nuevo, un delicioso peligro

Ese aroma tan especial se puede mantener durante más tiempo utilizando productos de algunas marcas, pero quizá no sea lo más recomendable. Aunque es una fragancia embriagadora, está compuesta por los gases que desprenden unos 200 compuestos orgánicos volátiles, como los plásticos y adhesivos del habitáculo… E inhalar esto durante una hora de media al día no es muy sano.

Aunque las marcas fabricantes han conseguido reducir en gran medida el uso de materiales artificiales que generen gases químicos nocivos para el conductor -hay una normativa europea que legisla sobre ello-, hay algunos que siguen presentes en los autos. Los más peligrosos desaparecen en los primeros seis meses.

Los síntomas que provocan estos olores son, según diversos estudios de la universidad de Austin (Texas) y de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, dolor de garganta, de cabeza, mareos, reacciones alérgicas y náuseas. Hay gente que disfruta del aroma a coche nuevo y no sufre estos problemas: depende de la sensibilidad de la persona.

Otros compuestos presentes en algunos modelos son el benceno o el estireno, que están catalogados como cancerígenos. Algunos estudios recientes, como el que ha firmado el Centro de Ecología de Míchigan, confirman que se ha reducido drásticamente el uso de estos materiales, aunque su presencia sigue siendo muy habitual.

Lo peor para no preservar el olor a nuevo

Si te compras un auto nuevo, debes evitar, fundamentalmente, hacer dos cosas: llevar mascotas y fumar. El característico aroma de vehículo recién salido de fábrica pierde fuerza al llevar animales en el vehículo debido al fuerte olor que desprenden, por ejemplo, los perros.

Por otro lado, si eres fumador o si alguien que se monta habitualmente contigo fuma, debes saber que el poderoso olor se quedará impregnado en los asientos y el salpicadero con una facilidad tremenda. Eso hará que tu automóvil nuevo no lo parezca tanto en pocos meses y que, en caso de querer venderlo, se devalúe de una forma brutal.

Fumar nunca será bueno para el automóvil (ni para la salud), pero, si lo vas a hacer de todas formas, hazlo con las ventanillas bajadas, para evitar que el humo permanezca en el habitáculo. Así, estará ventilado y no olerá tanto. De este modo, el humo tendrá menor capacidad para impregnarse en los tejidos del habitáculo.

En el caso de que encuentres el auto de tus sueños pero éste haya pertenecido a un fumador y huela a tabaco, tienes que saber que hay solución. Cuando lo dejes en el garaje, puedes depositar dos o tres recipientes con granos de café. Estos absorben cualquier olor y lo reducirán con el tiempo.

El mismo efecto es producido por los cítricos. Si te gusta la frescura de estas frutas, puedes optar por dejar cáscaras de limón o naranja, ya que además absorben los malos olores. Si esto lo unes con un lavado habitual de los interiores, puedes preservar el aroma a nuevo de tu coche durante más de un año o eliminar el hedor a tabaco casi por completo.

Los olores afectan a nuestra conducción

Los seres humanos tenemos cinco sentidos y, aunque en la conducción la vista y el oído son los más importantes, el resto de ellos pueden alterar nuestro comportamiento al volante. Según un estudio realizado por el doctor Bryan Raudenbush, profesor de psicología en la Universidad de West Virginia en función de lo que perciba nuestra nariz estaremos más alterados o relajados.

Por ejemplo, el olor a fresa o a pino reduce de manera drástica la agresividad al volante, por lo que utilizar ambientadores de este tipo en el coche puede ser recomendable para mantener un clima de paz y armonía dentro del habitáculo.

La canela y la hierbabuena también tienen un efecto positivo sobre nuestra conducción: reducen las distracciones y la fatiga, algo que resulta útil para viajes largos en los que uno acaba verdaderamente agotado.

Precisamente para largos recorridos no es recomendable la camomila, el jazmín o la lavanda. Estas sustancias relajan el cerebro y pueden provocar que el conductor se quede dormido. El olor a comida rápida o pan tampoco es positivo, ya que aumenta el apetito y la conducción se vuelve más agresiva.

Otros olores que son positivos dentro del habitáculo son el del café o el del limón, ya que potencian la concentración.

Cuidado con los filtros del aire

¿Alguna vez has entrado a un coche que tiene cierto olor extraño o nauseabundo? Pues puede que tu automóvil (o tú, por no cuidarlo) tenga la culpa de que eso sea así. La acumulación de humedad en el sistema de aire acondicionado genera un ambiente ideal para la proliferación de moho y bacterias, lo que supone, como consecuencia, ese hedor.

Para prevenir que esto ocurra, podemos recurrir al calor extremo: arranca el auto, sube al máximo la calefacción y sal fuera del habitáculo durante unos minutos. De este modo, se contrarrestan los efectos del aire acondicionado.

Este método te servirá también para reducir el mal olor si el problema ya está presente, pero no lo eliminará. Para hacerlo, hay que utilizar productos purificadores, que limpian el circuito del aire y lo mantienen en buenas condiciones durante un periodo de tiempo.

La solución más barata es extraer los filtros y limpiarlos a fondo, eliminando cualquier resto de moho y humedad acumulada. Lo ideal es cambiarlos cada seis meses y, como consejo, es bueno hacerlo antes de verano, ya que es la época en la que más se utiliza el aire acondicionado e interesa que todo funcione en óptimas condiciones.

 
 
 

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